De pancetaman a maratoniano (por @valentingz)

Nunca he escrito en un blog, ni en ningún sitio, por lo que pido disculpas si no está todo lo correcto que debiera. Sólo quiero dejar plasmado lo que sentí en mi primera maratón (¿o primer maratón? ¿Es masculino o femenino? Siempre dudo)

Antes de ir a Sevilla me remontaré al año 2012, finales de Julio, verano. Estaba en la piscina con mi hijo Daniel, de 10 meses, y mi hija Lucía, de 3 años, mientras mi mujer nos grababa. Al ver el vídeo y verme con tanta carne me dije a mí mismo que no podía seguir así. Con 35 años y 108 kilos sólo podía ir a peor.

PancetamanMaratonianoFamilia

Gracias a la aplicación Ease into 5k, empecé a correr. No era capaz de aguantar ni 2 km seguidos, pero esta aplicación te iba diciendo por tramos cuando tenía que correr y cuándo tenía que andar. Los tramos de correr se fueron alargando hasta que en 1 mes fui capaz de correr durante 30 minutos seguidos.

PancetamanMaratonianoCambio

A partir de ahí me fui poniendo metas, alcanzables. Lo siguiente fue correr 10 km, luego 15, y en menos de 1 año corrí mi primera ½ maratón a mi bola, en algo menos de 2 horas.

Correr 15 ó 18 km ya era algo normal, así que en octubre decidí coger un entrador personal, Raúl @raulunoiuno, del que me habló un amigo, para preparar Mapoma 2014, el siguiente reto.

Ese mismo día fui a las Jornadas de Podcasting que se celebraban en Madrid para conocer a la gente del podcast Desconectate.net, @Deco y @Lethalpixel, que son los organizadores de la liga en Endomondo #proyectoesparta, donde nos enfrentamos oyentes y podcasters. También quería conocer a 2 grandes podcasters con los que estaba bastante picado, @maeltj y @Gemasur. Fueron ellos los que me presentaron a Rafael Teresa @rafhik, que me habló del proyecto #kmsxalimentos.

En otro podcast de Desconectate.net fueron Rafael Teresa y Pablo Carmenado a hablar de todo el grupo @Drinkingrunners y su movimiento solidario. Busqué información y me presenté en la siguiente quedada en la Casa de Campo. Charlando con Rafa me comentó que solían quedar a entrenar bastante cerca de mi casa, así que me uní a sus entrenamientos de vez en cuando.

Entre unas cosas y otras, piques diversos y locuras, Pablo me ofreció un dorsal que se había quedado libre para Sevilla. ¡Joder! ¿Qué hago? ¡Me estoy preparando para Mapoma y esto es 2 meses antes! Algunos Drinkingrunners me picaron por twitter, con la típica frase “no hay huevos” y ya sí que sí. Se lo comenté a mi entrenador personal y me dijo que estaba preparado. Así que para allá que fui con mi familia.

Domingo 23 de febrero. Día de la maratón.

Dormí más o menos bien. En el desayuno se palpaban los nervios. Escuché varias estrategias de ritmos a seguir y yo seguía sin saber qué hacer. Era mi 1ª maratón, por lo que mi objetivo tenía que ser terminar, pero ya que estoy, podría intentar hacerlo mejor.

Raimundo comenta que saldrá sobre 4:50 – 4:55, Julián más o menos igual. Oscar y Ana sobre 5:30 para ir acelerando poco a poco, y Rafa se les une. Creo que es lo más sensato, pero si luego en el 35 voy muy bien, no da tiempo a arañar muchos minutos. Mi objetivo es bajar de 3:40, pero el ritmo de 5:00 me resulta bastante cómodo y pienso que me podría acercar a 3h30 si soy capaz de llevar ese ritmo. Más allá del km. 30 es territorio desconocido.

Ya en el estadio nos hacemos unas cuantas fotos todo el equipo, armando jaleo y dando la nota, como es lo normal.

PancetamanMaratonianoMaratonSevilla

De ahí vamos a la salida, a nuestro cajón. Nervios a tope, risas, ánimos y suerte para todos. Suena AC/DC y pistoletazo de salida. Hay mucha gente, pero se corre bien. Veo a Rafa y Lolo que se alejan (estos van más rápido), nos desperdigamos y me quedo solo. No veo a nadie. ¿Dónde está Rai? ¿Y Julián? Tiro palante. Veo a María Caballero un poco más adelante, miro el reloj, 5:05, va rápida. Poco a poco la adelanto, pero sin decir nada, no quiero molestar.

Km 1, 5:10. Vamos bien. Veo a una chica morena (no recuerdo tu nombre, disculpa) a mi izquierda con la camiseta amarilla, pero en poco tiempo dejo de verla (hizo 3h23!!) Sigo por las calles, a mi bola, siguiendo mi ritmo y disfrutando de todo lo que me rodea.

Sin darme cuenta llegamos al km 10. No veo a nadie de amarillo. El ritmo es más o menos estable, en torno a 5:00. Pregunto a varios si saben dónde está el hotel Macarena, que cae en torno al km. 15, pero no sé dónde está. Al final lo veo, con la calle llenísima de gente, y al pasar oigo mi nombre por detrás, mi mujer Leo con los 2 niños y la cámara, grabando como puede. La saludo con la mano sin parar. Me animan algunos con “¡ESE DRINKING!” que imagino serían familiares del grupo, pero apenas hemos tenido tiempo de conocernos. Levanto la mano para agradecer los ánimos.

Sobre el km 19 estaba David @_Bilito, un integrante sevillano del #proyectoesparta que se acercó en un principio a conocernos a @rafhik y a mí, pero al final se involucró completamente con el equipo y estuvo en 2 puntos haciendo fotos a todo el que se acercaba con la camiseta amarilla. Muchas gracias David.

PancetamanMaratonianoCorredor

Aquí iba muy bien, a mi ritmo. Luego pasamos por la ½ maratón y ni pensé que todavía me quedaba otra media. Iba disfrutando de todos los ánimos de la gente, de “¡Vamo eze drinking!” que decían algunos. Iba corriendo sonriendo, pasándolo en grande.

Al poco veo que me empieza a adelantar un grupo muy numeroso. ¿Qué pasa aquí? Era el del globo de 3h30 rodeado de muchísima gente. Iban bastante más rápido porque se habían quedado atrás. Yo decidí dejarles y seguir a mi ritmo de 4:55 – 4:58 (según Garmin).

Sigo corriendo. Escucho ¡Valentín!, era Rai, ¿te he adelantado? ¿llegas desde atrás? Ni idea. Me dice que tire, tiro. Resulta que le había adelantado y ni me había dado cuenta.

¡Anda!, otra camiseta amarilla. Mierda, va andando. Era Diego, al otro lado de la calzada, le mando ánimos y sigo adelante.

Nos acercamos al km. 30, el famoso muro del que me han hablado tanto. Pues voy bien, cansado pero bien. Los km siguen subiendo, 31, 32… En una recta muy muy larga veo a Alma. Me acerco, la saludo, me devuelve el saludo con su enorme sonrisa, voy unos metros junto a ella, lleva los cascos y se nota ya el esfuerzo, así que no hablamos. Poco a poco la voy adelantando hasta que me manda un “¡suerte!”. Se lo devuelvo con la mano.

Poco después llegamos a Plaza España. Es lo único de lo que me doy cuenta. Pasamos cerca del estadio del Betis, del Sevilla, la Torre del Oro y yo ni flowers, no me enteré de nada. Al salir de allí estaban los padres de Alma animando. Gracias. Y también los chicos de Madrid Running Company. Gracias también.

Km. 38. No queda nada. Empiezo a notar cosas raras en las piernas, en los cuádriceps. No eran calambres, pero algo parecido. Uf! Noto que voy despacio, miro el reloj, pero no, sólo que llevo altas las ppm pero puedo mantener el ritmo. Último gel. Esto está siendo duro. Los pasos eran cada vez más pesados.

Llegamos a un parque, no recuerdo el nombre. Eso de ahí delante es el estadio ¿no? Pero quedan 2 km. Curva a la izquierda, lo vuelvo a ver de frente. Madre mía no puedo más, ¿otra curva? Joder que está ahí mismo, quiero llegar ya. Por fin lo enfilamos, me gritan “¡Ese drinking, una sonrisa!” Miro, no sé quién es, sonrío como puedo y sigo.

Entro al estadio, bajo la cuesta del túnel, que me destroza, voy a oscuras, las gafas llenas de mierda por el sudor, no veo nada, salgo y veo la luz del sol que ilumina la pista de atletismo. Giro la cabeza y veo las gradas llenas de gente gritando. Y exploto, rompo a llorar, pero no con lágrimas, con auténticos pucheros de bebé. Doy la última curva, busco a mi familia en las gradas llenas. Como para verlos, no veo una mierda. Y cruzo la meta llorando. Veo a David que me hace la peor foto de mi vida :D. Tenía que haberme dejado las gafas y sonreír.

PancetamanMaratonianoMetaMaratonSevilla

Estoy hecho una mierda, y con las emociones a tope. Necesito un abrazo. ¡Coño no hay nadie con mi camiseta! Me llama mi mujer que está arriba a lo lejos. Vale, luego te veo. ¡Quiero un abrazo! Nada, no veo a nadie. Estiro sollozando y espero un poco pero nada. Voy a la zona de avituallamiento y está todo dios con la manta esa amarilla de plástico.

Se me pasa el llanto, salgo y veo a mi mujer con mis hijos y mis 2 hermanas. Por fin tengo un puto abrazo.

Ya puedo decir que soy maratoniano. Tiempo neto 3:31:43

Quiero agradecer a mi mujer la comprensión que tiene cuando me voy a entrenar tanto tiempo, aunque a veces es difícil, pero no habría logrado esto sin su ayuda. A Raúl, mi entrenador, que a pesar de haber dudado algún momento por ver que su método era muy distinto al de Carles, ha logrado que termine mi 1ª maratón, y no ha dudado de mí en ningún momento.

Y por supuesto a Pablo, por haberme dejado acompañar a este grupo de locos que corren.

¡Un abrazo!

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