Lo dejo, así te lo digo

Querido amigo,

Después de tanto tiempo juntos… los dos sabíamos que este momento tarde o temprano tendría que llegar. Cuando echo la vista atrás me parece mentira que hayan pasado tantos meses desde que nos conocimos, mi agenda está llena de días señalados con nuestras citas.

Recuerdo el día que mi amiga nos presentó, me habló muy bien de ti y enseguida me decidí a conocerte. ¿Te acuerdas de la primera vez que nos vimos? Yo estaba muy nerviosa y no paré de hablar, tú apenas me escuchabas pero sabías lo que había que hacer. Las siguientes veces que nos vimos ya fui cogiendo confianza, lo que creo que te incordiaba un poco porque iba de la típica “listilla” que se lee todo lo que encuentra por internet y se cree que lo sabe todo, pero bendita paciencia la tuya.

Hemos vivido muchas cosas juntos, a veces era todo un drama, o yo lo veía así. Muchos han sido los días que has tenido que aguantarme cuando llorando te contaba que no era capaz de correr sin dolor, y tú siempre estabas ahí para animarme, pronto estarás corriendo me decías. Cada día contigo era una aventura, nunca sabía lo que iba a pasar, igual al día siguiente podía salir a correr que me tenía que conformar con seguir estirando y fortaleciendo (mis piernas parecen dos columnas de hormigón de las sentadillas que he hecho). Pero desde luego que también ha habido mucho amor, nunca nos olvidamos de una cita y al menos por mi parte siempre esperaba con impaciencia el momento de ir a verte. Muchos intentaron tentarme por el camino, siempre alguien me hablaba de alguien a quien debía conocer, “es muy bueno” me decían, pero siempre te he sido fiel (soy una romántica).

Sabes que nunca se me ha dado muy bien expresarme, por más que me insistías nunca pude describirte como me sentía. Todos sabemos que tipos de dolores hay muchos, ¿pero como describir y diferenciar uno de otros? Para mí son indescriptibles, ¡¡duele y punto!! Seguramente no te extrañe que haya elegido esta carta para poder decirte lo que te quiero decir, espero que lo entiendas.

Y es que necesito tiempo, quiero aprender a ser independiente otra vez, volver a correr, a hacer deporte sin tener que acudir a ti después “corriendo”. Esto no es un adiós definitivo, muy probablemente en un tiempo te llame y te pida volver a empezar con una nueva cita. Estoy segura de que te alegrarás por mí.